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Julián Santero es el piloto sensación del automovilismo argentino. Pero detrás de su éxito se encuentra una familia muy fierrera. Su papá, Luis, fue piloto y sus hermanos Ignacio y Valentino siguen sus pasos.

Por Franco Ballabriga – Ovación – Diario Uno

El nombre de Julián Santero se ha instalado fuertemente en los últimos tiempos y no es ni más ni menos que por su exitosa racha en el automovilismo argentino.

Sus logros en el TC2000 y la Fórmula Renault 2.0 (como ocurrió este fin de semana) le han dado una repercusión aún mayor a la que poseía habitualmente.

El positivismo de sus números es tema de conversación y análisis, pero por momentos abruma. Y en esos casos donde la mente busca despejarse al menos por un momento es donde aparecen los amigos y sobre todo la familia, la verdadera “espalda” de cualquier deportista, ya sea exitosos o no.

A la hora de hablar del gran sostén, Santero tiene una historia bastante particular, la cual también ayuda a explicar su enorme presente.

Los Santero son cinco hermanos y, excepto Romina y Milena, los tres restantes son pilotos, pasión que les transmitió su papá, Luis, quien durante muchos años corrió en las principales categorías del Zonal Cuyano.

Luis debutó en la Fórmula Pampeana en 1984 y tras competir en la Fórmula IAVA y la Clase 2, entre otras divisionales, se retiró de la práctica activa para acompañar las carreras de sus hijos.

Julián ya sumaba sus primeros títulos en el karting mendocino y a nivel nacional empezaba a destacarse, por lo que la atención se centraba en el hoy piloto del TC2000 y la Fórmula Renault 2.0.

Al mismo tiempo, Ignacio (17 años) seguía compitiendo en nuestra provincia y con su kart luchaba por ganar protagonismo en las categoríaspromocionales, donde debutó en el 2001. Nachito fue creciendo y el karting dejó de ser una prioridad hasta llegar hace dos años al Zonal Cuyano, donde debutó con un Fiat 147 en el Turismo Pista 1100, categoría en la cual aún compite y en donde hasta el momento no ha logrado destacados resultados.

Pero el más pequeño creció y el sólo hecho de ver a su papá y sus hermanos involucrados en esta pasión le despertó el interés por esto.

Así es como Valentino (10) decidió subirse a un kart en el 2011 y hoy es protagonista en Promocional IAME.

En la mesa de los Santero se tocan varios temas, pero siempre hay un denominador común: el automovilismo. Ese que une al padre y sus hijos y que va pasando de hijo a hijo con el correr de los años.

Opiniones familiares

Luis: “Cada vez me sorprendo más de la evolución de Julián como piloto. Hacemos un gran esfuerzo para correr en dos categorías, necesitamos apoyo para seguir adelante y que no se pierda un piloto importante”.

Ignacio: “Para mí, Julián es un referente, y la verdad que me encantaría lograr algo de lo que ya está ganando él. Tiene maniobras muy buenas, como en los relanzamientos, que marcan la diferencia con otros pilotos”.

Valentino: “Juli es mi hermano y es uno de mis ídolos, porque además de correr muy bien me ha enseñado mucho desde que empecé a correr en el karting. También tiene maniobras buenísimas”.

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