Julián Flamarique tropezó en las dos últimas carreras y perdió terreno en el campeonato. Este fin de semana busca recuperarse en San Luis.
La mano viene torcida. Ni en Concordia ni en La Pampa llevó a la suerte como aliada en el habitáculo del Peugeot 308. Por el mismo inconveniente se quedó con ganas de cosechar puntos gordos en ambas competencias finales: un roce y la posterior pinchadura de un neumático lo retrasaron en el escenario entrerriano y algo similar padeció en Toay. Por eso, como dice la frase, la tercera puede ser la vencida en San Luis.
Actualmente alejado de la posibilidad de pelear por el sitio de privilegio en el campeonato de Clase 3 de Turismo Nacional (se encuentra en el 14° lugar, a 37 unidades de los líderes Guillermo Ortelli y Fabián Pisandelli), Julián Flamarique considera que la mala racha se puede terminar en el autódromo Rosendo Hernández.
“Estamos complicados. Ni andando bien tengo suerte. En las últimas dos competencias venía entre los diez mejores, sumando bien, y no se pudo. Espero que todo cambie en San Luis”, sostuvo en su diálogo con Más Deportes.
Volver a subir al podio no es una utopía para el integrante del Vittal G Racing Car. Para ello, el godoicruceño asegura que es fundamental contar con un buen impulsor. “Como el trazado tiene largas rectas, el motor es muy importante. Pienso que con el 308 podemos tener posibilidades ya que, además, el circuito cuenta con curvones muy rápidos”, aseguró.
Nuestro representante marcha con cierta ventaja ya que utilizaba el escenario puntano cuando probaba el Ford Focus y el Honda Civic 07 de su estructura. “Lo conozco bien. Esperemos funcionar correctamente con el Peugeot; corregimos algunos defectos que tenía el auto antes de La Pampa, por lo que estoy confiado”, comentó.
Si bien este fin de semana se cumplirá la quinta fecha del año y el certamen aún no ingresa a su ecuador, el ex monoplacista manifestó que “por el momento, estamos lejos de pelear el campeonato. En carrera venimos bien pero la suerte no estuvo de nuestro lado. Creo que hay que pensar carrera tras carrera y, tal vez más adelante, tenga chances. No va a ser fácil descontar la cantidad de puntos que me llevan Ortelli y Pisandelli, pero todo se puede dar”.
A su vez, quien fuera monarca de la desaparecida Fórmula Súper Renault agregó que “los únicos autos que se han mostrado firmes son los Chevrolet Cruze. El resto está muy parejo y Ortelli se encuentra primero en el certamen por su oficio. En la última carrera sorteó el múltiple accidente y volvió a puntuar; eso es muy importante en función de un título”.
Para el usuario de la marca gala no hubo ensayos previos porque “el equipo abocó tiempo y trabajo al nuevo 308 para Leandro Carducci, ya que su 307 terminó muy golpeado luego del accidente y repararlo no tenía sentido”.
Su análisis del accidente en Toay
A la hora de hablar de la piña que dejó a 19 vehículos sobre un costado del circuito pampeano, Flamarique fue claro al decir: “Yo pasé de milagro. Mucho se dijo de la tierra suelta, pero hasta los primeros golpes no hubo. Me parece que los pilotos tienen que tomar conciencia de ciertas maniobras. Hay mucha negligencia; no levantan el pie del acelerador ante estos accidentes”.
Además, Julián comentó que “en cuanto a las condiciones del circuito, no se puede pedir más. El autódromo de La Pampa tiene pasto por todos lados aunque debajo hay tierra suelta, pero en cualquier otro autódromo del país hay mucha más tierra”.
En San Luis, seguramente, las autoridades de la categoría pegarán un tirón de orejas antes de que los pilotos salgan a pista. “Eso pasó en las dos últimas veces que hubo golpes fuertes. Dadas las condiciones, hay que ser más duros. Lo ideal sería quitar licencias y sancionar más fuerte; hay que trabajar de otra manera. Un claro ejemplo fue que, tras el accidente en La Pampa, la carrera se reanudó y se corrió como si nada. Nadie especuló y ningún piloto pensó en la piña de minutos antes”, cerró.
Diego Rafael Espósito – Más Deportes – Los Andes
