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En la temporada 1998, Juan María Traverso protagonizó los accidentes más espectaculares de su campaña deportiva.

Juan María Traverso tiene un lugar bien ganado en la historia del automovilismo argentino. El Flaco, que el próximo 28 de diciembre cumple 63 años, se cansó de ganar carreras y campeonatos en las principales categorías de nuestro país. Fue siete veces monarca del TC 2000, otras seis del Turismo Carretera y también ganó tres coronas en el Top Race. Según las estadísticas, triunfó en 155 competencias (además de las tres citadas, festejó en el Club Argentino de Pilotos, el Rally Nacional, el Turismo Italiano y el Desafío de los Valientes). Pero su leyenda no solo está basada en sus éxitos, sino también en ciertas proezas como cuando venció en el Turismo Competición en General Roca con la cupé Fuego en llamas en 1988. Y hasta derrotó a la muerte dos veces hace 15 años. Sí, porque aquella temporada de 1998 protagonizó los accidentes más espectaculares de su trayectoria.

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El primero tuvo lugar en Mar de Ajó, el 8 de febrero en el marco de la primera fecha del torneo del TC. Ocurrió en la vuelta 22 de la Final, cuando venía en plena remontada después de entrar a los boxes para cambiar una goma. A poco de encarar el giro 23º, el Flaco entró pasado en la última curva y se fue directo contra el paredón. El impacto fue tal que al Falcon violeta se le “borró” la parte trasera. Afortunadamente, Traverso y Julio Catalán Magni, su acompañante, no sufrieron ni un rasguño. Un dato no menor: aquel incidente en la pista costera fue en su primera carrera de regreso a Ford, tras su exitosa etapa con Chevrolet…

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A los pocos meses, el de Ramallo volvió a protagonizar otro episodio que dejó con la boca abierta a más de uno. Fue el 31 de mayo durante la segunda carrera del fin de semana en autódromo de Olavarría. Después de ser tocado por el Polo de Walter Hernández, el Vectra de Luciano Crespi se cruzó mientras Traverso, por el otro lado, trataba de superar al de Nicanor Otamendi. Con Hernández siguiendo su línea, Crespi no pudo evitar embestir al Civic de JMT en la parte trasera, ocasionándole el efecto de un verdadero percutor, que lo proyectó por el aire, lejos de los límites de la pista.

“No me acuerdo cuántas vuelta dí, pero fueron muchas. Quedé algo shockeado por el golpe porque fue muy fuerte. Creo que Walter se equivocó… Es de hacer maniobras peligrosas como ésta; en ocasiones le salen bien, pero en otras, pasa lo que sucedió”, dijo el múltiple campeón en aquel momento.

Cómo habrán marcado estos incidentes la vida de Traverso, que los tiene muy presente en su casa de Ramallo. Reproducciones de las fotografías que ilustran esta nota están, justamente, en el baño principal. ¿El motivo? “Son los dos cagazos más grandes que tuve y, obviamente, tenían que estar acá”. Un Flaco auténtico.

Corsa.

 

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