Como estuvo del otro lado de la cordillera en las últimas temporadas, la Federación de Motociclismo de Chile le abrió las puertas para formar parte de su plantel, ya que el Latinoamericano de motocross femenino se acercaba. Sin dudarlo aceptó la propuesta porque resultó difícil recibir apoyo en su país.

Ser la única representante de Argentina ya era todo un logro para ella. Sin embargo, su experiencia y los títulos obtenidos la obligaban a pensar en algo más que su presencia en México. Fue así como Dalila Hidalgo no sólo compitió sino que además se trajo un trofeo y una medalla de la competencia realizada en el circuito La Quebradora, en Tangancícuaro (Michoacán).

Acompañada por su padre Mario, la sanmartiniana resultó tercera en el evento desarrollado a fines de setiembre. Aunque la morocha llegó recién esta semana a Mendoza ya que, tras su brillante desempeño, debió competir en la categoría de mujeres del campeonato trasandino. Por eso, Más Deportes recibió a Hidalgo para compartir su logro en tierras aztecas.

-Ser una de las mejores era tu sueño, pero la misión pintaba difícil porque enfrentabas a las más destacadas de cada país.

-Ni hablar. Se inscribieron chicas de Guatemala, Panamá, Brasil, Venezuela, Ecuador, Colombia, Paraguay, Perú, México, Honduras y Chile. Yo era la única de Argentina entre 31 participantes. La candidata era la brasileña Mariana Balbi, pero por una caída se fracturó dos costillas y no pudo seguir.

-Pero vos también tenías posibilidades porque habías estado adelante en entrenamientos.

-Me tenía mucha fe porque me había entrenado bastante antes de viajar. En los ensayos estuve siempre entre las cinco primeras y fui quinta en clasificación, pero quedé con bronca porque no tuve una vuelta limpia, pero me mentalicé en hacer una buena largada. En la primera carrera terminé tercera detrás de Balbi y Vania Medrano de Ecuador. En la segunda manga la pasé mal porque, en el partidor, estuve descompuesta porque se me bajó la presión por la altura. Pero largué bien y me metí segunda otra vez, aunque la moto empezó a levantar temperatura en las últimas vueltas y caí a la cuarta posición.

-Lo curioso fue que corriste usando una camiseta con colores de Chile. ¿Te resultó raro?

-Para nada, porque ellos me ayudaron en todo lo que necesité para el viaje. Gracias a la Federación de ese país concreté mi sueño y eso no lo olvidaré jamás. En ensayos y clasificación me puse mis remeras diseñadas con colores celeste y blanco, pero para las competencias me pidieron que usara la de ellos. Encima tuve un mecánico exclusivamente para mi moto, que pertenecía a Kawasaki de México.

-¿Ya hiciste lugar en tu vitrina para el trofeo y la medalla?

-La medalla la tendré yo porque me encanta (risas). Pero la copa estará en la casa de mi papá. Se la regalé porque la tiene merecida después de tanto apoyo y dedicación. Conseguí el objetivo y él fue artífice del podio. Estamos muy felices.

-¿Dónde fueron los festejos?

-Apenas llegué a Mendoza tuve que viajar a San Juan para estar con los familiares de mi mamá. Habían colgado pancartas y me recibieron con una cena; fue muy lindo. Espero que algún día se repita.

Más Deportes – Diego Rafael Espósito

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